Reconozco mi debilidad por los discos de blues donde la harmónica es el instrumento principal; reconozco que mis artistas favoritos son armonicistas y, esa debilidad por este pequeño instrumento, se ha convertido en una pasión que, a años luz de los grandes, yo también intento hacer realidad en mi propio grupo de blues soplando lo mejor que puedo. El blues es 90 por ciento sentimiento, lejos de pretensiones técnicas exhibicionistas fácilmente olvidables; así que este disco no lo vas a olvidar si lo escuchas. Este tipo toca la armónica con un clásico y viene acompañado por una banda increible, Omar Dykes y Mike Keller a las guitarras. Tras el corte inicial, declaración de principios, empieza una suerte de temas donde puedes encontrar numerosos guiños del mejor soul negro sureño, con voz curtida y vientos de ensueño. No lo conocía hasta ahora, pero ya lo considero uno de los artistas fundamentales del blues contemporáneo.
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