Hablamos de una recopilación de música sacra, porque el blues también se cantaba en las iglesias, pese a quien le pese, y de ahí salió a la calle para relatar episodios más cercanos y cotidianos que, basados en lo terrenal, diera respuesta al sufrimiento de la población afroamericana. Algunos de los que cantan en este disco han sufrido o sufrieron los últimos efectos de aquella barbarie. El pueblo americano ha sabido darle la vuelta a la historia y aparecer como los salvadores, los defensores de la libertad. Posiblemente ellos fueron de los último países, si exceptuamos a alemanes y rusos durante la segunda guerra mundial, que mantuvieron sociedades esclavistas. Unos la esclavitud y todos la segregación. Es más, de hecho algunos de estos intérpretes, llegaron a morir sin conocer la igualdad de derechos entre negros y blancos. Este documento demuestra como la música negra fue tomando forma como la más influyente y decisiva para el desarrollo posterior de ritmos más populares y conocidos como el soul, funk, rock...No es un disco cualquiera es una obra que recoge el sentimiento de un pueblo que nació pensando que la respuesta podía estar en la religión.
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